Las relaciones tóxicas, un término cada vez más común en las discusiones sobre relaciones amorosas, merecen una exploración profunda más allá de los estereotipos y parodias en redes sociales. Este artículo se sumerge en la psicología detrás de las relaciones tóxicas, ofreciendo una perspectiva clínica y consejos prácticos para quienes enfrentan estas dinámicas en sus relaciones.
Las relaciones tóxicas se caracterizan por comportamientos disfuncionales que pueden provenir de patrones aprendidos en el hogar o experiencias pasadas. Es esencial reconocer que en una relación tóxica, no hay un único «culpable». Más bien, es un juego de patrones complementarios donde ambas partes pueden contribuir a una dinámica negativa.
Patrones de comportamiento en las relaciones tóxicas
En el inicio de una relación, las formas de apego aprendidas se ponen en práctica. Estos estilos de apego, formados por experiencias pasadas, influyen en cómo las personas interactúan en sus relaciones íntimas.
Por ejemplo, una persona que proviene de un entorno donde la intimidad es limitada puede encontrar normal nunca dejar espacio al otro, lo que podría llevar a sentirse agobiado o a necesitar más espacio.
La ansiedad se despierta en ambos miembros de la pareja cuando sus necesidades emocionales chocan o no son reconocidas. El desafío es comunicar estas necesidades de manera efectiva, sin caer en el silencio o en expectativas no realistas sobre lo que la pareja debería saber o hacer.
Manejando la toxicidad en la relación
Cuando las necesidades individuales se ignoran en favor de la relación, empieza a surgir la insatisfacción. Esto a menudo conduce a comportamientos no saludables, como manipulaciones o demandas no expresadas, exacerbando la toxicidad en la relación.
El primer paso para mejorar estas dinámicas es reconocer los patrones tóxicos. Tanto los individuos como las parejas pueden beneficiarse de la terapia, donde pueden aprender a comunicarse de manera más saludable y satisfacer sus necesidades emocionales sin dañar la relación.
La clave para tratar las relaciones tóxicas no es buscar un culpable, sino entender las dinámicas subyacentes y trabajar juntos para mejorar la salud de la relación. Con la orientación adecuada y un compromiso mutuo para el cambio, las parejas pueden transformar una relación tóxica en una fuente de crecimiento y apoyo mutuo.
Alfonso Navarro
Psicoterapeuta, Co-Fundador y Director Clínico Fluxua