Principal causa de la ansiedad
La gente que acude a terapia con ansiedad o con otros problemas que aparecen a causa de la ansiedad, normalmente no sabe de dónde procede el malestar. De hecho, esa es una de las causas de la ansiedad y de cómo se retroalimenta. La imposibilidad de encontrar el origen del sufrimiento, viendo otros motivos de estrés, o cosas que no están bien dentro de la vida de la propia persona, pero que al solucionarlas no se calma, sugiere que parte de la ansiedad proviene de la sensación de no saber o no poder ver cuál es la causa.
Por eso la gente acude a terapia convencida de que lo que le pasa es otra cosa. La causa de la ansiedad, sin embargo, suele venir de que existe una situación inconclusa, o una situación que no depende de nosotros y que al mismo tiempo es muy importante. Es decir, proviene de las áreas de nuestra vida que sentimos que se escapan a nuestro control o a nuestras habilidades de afrontamiento y que hacen que la persona sienta una vulnerabilidad hacia ese aspecto que le activa el cuerpo para ponerle en alerta.
Porque el cuerpo está preparado para ponerse a la defensiva cuando encuentra un peligro. Tenemos un sistema de defensa muy bueno que hace que nuestro corazón se acelere para que la sangre llegue mejor y más rápido a los músculos. Tenemos unos pulmones que empiezan a respirar más rápido para que esa sangre transporte más oxígeno. Al mismo tiempo los músculos se ponen rígidos por si necesitan ser usados de manera inmediata, y el cerebro comienza a pensar en todas las posibilidades a una velocidad mayor para estar preparado para cualquier eventualidad.
Imagina que agotamiento si hay que mantener ese estado por días o meses porque no se conoce cuál es el peligro al que nos estamos exponiendo o si existe la sensación de que no va a ser posible defenderse de él.
Podríamos entrar en teorías mucho más complejas acerca de las causas más profundas de la ansiedad. El tipo de apego que nos han dado de pequeños, experiencias pasadas que han hecho que tengamos asociados peligros que no lo son para otras personas, etc. Pero esa parte cada uno tiene que averiguarla con su terapeuta para entender qué le sucede en concreto.
¿Para que sirve?
La ansiedad sirve para defendernos del entorno. Ya lo hemos mencionado antes pero es importante que se recalque. A causa de la ansiedad, aparecen signos de debilidad por parte de la gente que la padece y que las personas que tienen ansiedad son menos “válidas” que las que no la tienen. No es así. El cuerpo se encarga de decirnos que hay algo mal, aunque no logra identificar qué es, o no puede asumirlo, o no ve una salida a la situación. Es una señal de que hay algo que se nos escapa. Es un mecanismo de alarma.
El problema viene cuando lucho contra ella, intento evitarla o ignorarla. Cuando una persona comienza a utilizar una sustancia porque le calma, el alcohol, o cualquiera de ellas, o toma medicamentos porque tiene más dolores de cabeza de los que son “normales” según él o ella, está intentando no escuchar una señal que le manda el cuerpo sobre un problema importante que no consigue definir. El ser humano es especialista en buscar estrategias de evitación del peligro antes que de afrontamiento. No somos depredadores naturales. Somos más bien expertos en utilizar nuestra inteligencia para no afrontar las situaciones que nos dificultan la existencia.
Entonces, ¿Qué sucede cuando la situación no se puede evitar? Aquí aparece la ansiedad para informar de que ha llegado el momento de afrontar.
Las personas a las que se les ha permitido vivir sin emplear o desarrollar estas estrategias de afrontamiento, serán más susceptibles de bloquearse llegado el momento. Pero puede ser que nunca haya tenido que usarlas porque es una situación completamente nueva y no hay nada que se le haya parecido a lo largo de mi desarrollo.
Pero los síntomas a causa de la ansiedad no son para todos iguales. Y la forma en que se presenta la ansiedad dice mucho de nuestras estructuras y de cómo debemos afrontar los problemas.
Alfonso Navarro
Psicoterapeuta, Co-Fundador y Director Clínico Fluxua
